Archivos para 29 septiembre 2012

Alienigenas Ancestrales Temporada 2 – 02 Dioses y aliens

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Alienigenas Ancestrales Temporada 2 – 01 Destrucción total

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Chemtrails, el misterio continúa

En el siguiente vídeo, hemos cogido una serie de fotos y filmaciones que efectuamos en Mundo Desconocido, en ellas se aprecian fenómenos extraños, aviones realizando maniobras incomprensibles, black lines y toda suerte de misteriosas iridiscencias anómalas.

Es solo un botón de muestra de lo que realmente está sucediendo sobre nuestras cabezas.

Chemtrails, El Misterio Continúa

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NAVE EXTRATERRESTRE MAYA…Erich Von Daniken,


INVESTIGACIONES DE Erich Von Daniken, EXTRAIDO DE Recuerdos Del Futuro y Regreso a Las Estrellas(1971)

http://veritas-boss.blogspot.com.es/2012/09/nave-extraterrestre-mayaerich-von.html

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Los textos sagrados de las religiones y los “dioses” que vinieron de las estrellas

 

Hace muchos milenios se escribieron unos textos que nos han sido transmitidos por las distintas religiones en forma de libros sagrados.  Se supone que fueron dictadas personalmente por los propios dioses o por algún ser celestial. Nos estamos refiriendo a textos que tienen miles de años de antigüedad y que, en muchos casos,  eran difíciles de entender. Por ejemplo, en los “Relatos judíos de la Antigüedad” se relata lo siguiente: “El Señor creó mil mundos al principio; después creó todavía más mundos; y todos no son nada comparados con él. El señor creaba mundos y los destruía, plantaba árboles y los arrancaba de raíz, pues crecían desordenadamente y se estorbaban los unos a los otros. Y siguió creando mundos y destruyéndolos, hasta que creó nuestro mundo. Entonces dijo: «Éste me agrada; los demás

no me agradan»”. Las antiguas tradiciones afirman (sorprendentemente) que la escritura se inventó antes que la creación del mundo. Y existía un libro que, según se cuenta,tenía la forma de una piedra de zafiro  (es curioso lo mucho que nos suena a un sofisticado tipo de soporte de libros digitales). Según los escritos, Raziel, un ángel (o arcángel) que se sentaba junto al río que brotaba del Edén, es el autor de este libro llamado “Sefer Raziel HaMalach” (el libro del arcángel Raziel), donde «está anotado todo el conocimiento celestial y terrestre».  El ángel Raziel entregó este misterioso libro a Adán. Debía de ser algo especial, pues no sólo contenía todo el conocimiento, sino que también predecía el futuro. El ángel Raziel dijo a Adán que encontraría en el libro todo «lo que te sucederá hasta el día que mueras». Y no sólo Adán se beneficiaría de este enigmático libro, sino también sus descendientes, tal como Raziel le explicó: “También tus hijos, que vendrán después de ti, hasta el último de la raza, sabrán por este libro lo que habrá de pasar cada mes y lo que habrá de pasar entre el día y la noche; a cada uno le será conocido (…) si habrá de padecer desventuras o hambre, si el trigo será abundante o escaso, si habrá lluvia o sequía”.

 

En el misticismo judío de la Cábala el arcángel Raziel es el «guardador de secretos», «el secreto de Dios» y el «arcángel de los misterios». En hebreo el nombre Rzial significa ‘secretos del dios cananeo El’. Según varios Rabinos es un querubín y el jefe de los Ofaním. Los Ofaním son considerados ángeles extraños y misteriosos ya que, según se relata en Ezequiel,   ”su aspecto es el de ruedas luminosas que giran continuamente, están cubiertas de grandes ojos y su única misión es mover el carro que transporta a Dios hasta los límites del mundo material “(¿¿¿). A Raziel se le describe como un arcángel de alas azules, aura dorada brillante alrededor de su cabeza y ropas azules que poseen propiedades sorprendentes. Se dice que Raziel estaba cerca del trono de Dios (Yahveh o Jehova) y por lo tanto oía todo lo que allí se decía y discutía.

 

Después que el ángel Raziel entregó el libro a Adán, sucedió algo maravilloso: “Y en la hora en que Adán recibió el libro surgió un fuego en la orilla del río, y el ángel ascendió al cielo entre las llamas. Entonces supo Adán que el mensajero era un ángel de Dios, y que el libro se lo había enviado el santo Rey. Y lo conservó con santidad y con pureza”. En el libro estaban grabados los símbolos de la sabiduría sagrada, y en él se contenían setenta y dos categorías de conocimientos, divididas en 670 símbolos de los misterios superiores. También contenía 1.500 claves secretas. Adán leyó el libro que le otorgaba el poder de dar nombre a todos los objetos y a todos los animales. Pero cuando cometió su famoso “pecado original”, el libro sorprendentemente «salió volando de entre sus manos». Adán lloró amargamente y se sumergió en las aguas de un río. Cuando su cuerpo se quedó hinchado, el Señor tuvo misericordia de él y ordenó al ángel Rafael que le devolviese la misteriosa piedra de zafiro.
Adán entregó el mágico libro a su hijo Set y le explicó «en qué consistía su poder y su maravilla. También le habló de cómo había usado él el libro, y le dijo que lo había escondido en una fisura de las rocas». Set también recibió instrucciones de como usarlo y de cómo «conversar con el libro». Sólo podía acercarse al libro con veneración y humildad. Debía lavarse a fondo antes de utilizarlo y no debía comer cebolla, ajo u otras especias (¿¿¿). Set siguió las instrucciones de su padre y aprendió durante toda su vida de la piedra sagrada de zafiro. Finalmente construyó «… un cofre de oro; guardó en él el libro y escondió el cofre en una cueva en la ciudad de Enoc». El libro permaneció en aquel escondite  hasta que «al patriarca Enoc se le reveló en un sueño el lugar donde estaba escondido el libro de Adán». Enoc, el patriarca antediluviano que era el hombre más sabio de su época, fue a la cueva y por algún medio misterioso se le reveló cómo debía utilizar el libro. Y «en el momento mismo en que le quedó claro el significado del libro, se le encendió una luz».
Enoc comprendió entonces todo lo referente a las estaciones, los planetas,  las estrellas y los ángeles que dirigen sus cursos. Y ¿qué sucedió con el libro? En este caso fue otro arcángel, Rafael, el que lo hizo llegar a las manos de Noé y le explicó el modo de utilizarlo. El libro seguía estando «escrito sobre una piedra de zafiro», y Noé, después del diluvio, lo leyó y aprendió los cursos de todos los planetas, así como «los cursos de Aldebarán, Orion, Sirio». También aprendió de él «… los nombres de todas las diferentes esferas del cielo (…) y los nombres de todos los servidores celestiales». Es realmente sorprendente que a Noé le pudiesen interesar los cursos de la estrella Aldebarán, la constelación de Orion y la estrella doble (o triple) de Sirio, o conocer los nombres de los misteriosos «servidores celestiales». Luego se dice que Noé depositó el libro en un cofre de oro y fue lo primero que metió en el arca. Y cuando Noé salió del arca, conservó el libro hasta el final de su vida. Para comprender cuan sorprendente es el hecho de que una referencia a la época antediluviana haga referencia a estas estrellas y constelaciones, explicaremos brevemente algo sobre las mismas.
Aldebarán es la estrella más brillante de la constelación de Tauro y la decimotercera más brillante del cielo nocturno. El nombre Aldebarán proviene del árabe y su significado es «la que sigue», en referencia a que esta estrella sigue al cúmulo de las Pléyades en su recorrido nocturno a través del cielo. En el siglo XVII, el astrónomo Giovanni Riccioli la denominó más específicamenteOculus Australis («ojo del sur»). El astrónomo persa Al Biruni citaba Al Muhdij («el camello hembra») como nombre árabe para esta estrella. En la astronomía hindú se identifica con la nakshatra, mansión lunar de Rohini, y es una de las veintisiete hijas de Daksha y la esposa del dios Chandra.  Situada a 65,1 años luz de distancia, Aldebarán es una estrella gigante naranja. Puesta en el lugar que ocupa el Sol, se extendería hasta la mitad de la órbita de Mercurio,. Su velocidad de rotación proyectada es de 5,2 km/s, por lo que su período de rotación puede ser de hasta 400 días. Aldebarán es 425 veces más luminosa que el Sol pero su masa es solamente de 1,7 masas solares; dado el enorme tamaño de esta estrella, su densidad media resulta ser muy inferior a la del Sol.
Orión, (el Cazador), es la constelación  mejor conocida del cielo. Sus estrellas brillantes y visibles desde ambos hemisferios hacen que esta constelación sea reconocida universalmente. La constelación es visible a lo largo de toda la noche durante el invierno en el hemisferio norte, verano en hemisferio sur; es asimismo visible pocas horas antes del amanecer desde finales del mes de agosto hasta mediados de noviembre y puede verse en el cielo nocturno hasta mediados de abril, al menos en el hemisferio norte. Orión se encuentra cerca de la constelación del río Eridanus y apoyado por sus dos perros de caza Canis Maior y Canis Minor peleando con la constelación del Tauro. El Complejo de Nubes Moleculares de Orión es una gigantesca estructura de hidrógeno, polvo, plasma y estrellas nacientes que abarca la mayor parte de la constelación. El complejo está ubicado a una distancia de 1.500 años luz de la Tierra  y destaca especialmente por ser una región de intensa formación estelar y por las extraordinarias nebulosas que la forman.
En la mitología griega Orión fue un gigante que, según algunas versiones, nació de los orines de los dioses Zeus, Poseidón y Hermes. Un día los dioses visitaron a un anciano llamado Hirieo que no podía tener hijos pero deseaba tener uno. En agradecimiento por su hospitalidad le concedieron su deseo: orinaron en la piel del buey que se habían comido. Cuando finalizaron le dijeron que enterrara la piel y que dentro de nueve meses tendría a su hijo. Después del plazo mencionado nació un niño que fue llamado Orión en recuerdo de los orines que lo habían engendrado. Existen diversas versiones del mito de Orión. Una de ellas cuenta que Orión había violado a Mérope, hija de Enopión, quien por ello, lo dejó ciego. Helios le devolvió la vista y a continuación Orión se convirtió en compañero de caza de Artemisa y Leto. Prometió aniquilar todo animal que hubiera sobre la tierra, por lo que Gea se enfadó e hizo nacer un escorpión enorme que picó a Orión y lo mató. En otra versión fue Artemisa la que lanzó el escorpión contra Orión.

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La Más grande Historia que alguna vez se intentó contar

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El 12 de marzo de 1909, un pequeño artículo aparecía en la “Gaceta de Arizona” periódico que anuncia la llegada de un hombre con el nombre de G. E. Kincaid que justamente había completado un viaje por balsa por el Río Colorado, desde el río Verde en Wyoming. Él declaró que había disfrutado su viaje y había planeado en volver el invierno siguiente para otra carrera sobre el Río Colorado. Él también mencionó su descubrimiento de algunos “artefactos interesantes” qué envió a la Institución Smithsoniana.

Tres semanas, tres días después el 5 de abril de 1909, un artículo de primera página aparecía en el “la Gaceta de Arizona” en el que Kincaid es entrevistado en detalle sobre su hallazgo arqueológico. Este descubrimiento de Kincaid, como notablemente comentó en el artículo, sería considerado el hallazgo arqueológico más significante del mundo a través de toda la historia.

Ya que el artículo es bastante largo y detallado, sólo repetiré brevemente los hechos más importantes acerca de este descubrimiento. que nos ayudará a encender una luz en nuestra búsqueda.

El Sr. Kincaid, aparentemente había descubierto una enorme ciudad subterránea que estaba cortada en una pared del Gran Cañón con la precisión, y al parecer sólo igualada a aquella de la Gran Pirámide. La avanzadísima civilización que habitó esta ciudad subterránea era de origen desconocido, aunque se encontraron diferentes artefactos, como un Buda, momias y jeroglíficos que eran de origen oriental, egipcio y centroamericano.

Fue enviado un equipo arqueológico de la Institución Smithsoniana. Cuando el grupo profesional, encabezado por un Profesor S. A. Jordan, dirigió las exploraciones en las profundidades de esta ciudad subterránea, descubrieron centenares de cuartos.

Algunos tan pequeños como salas promedio de hoy en día y otros tan grandes como con varios cientos de pies en longitud y anchura. ¡Fue estimado que el área explorada hasta ahora por el equipo podría cómodamente alojar a cincuenta mil personas!

La ubicación de este descubrimiento se llevada a cabo en secreto, porque, como lo puso el Sr. Kincaid “Ellos no quieren ser perturbados.” Sus únicas pistas eran que era aproximadamente 42 millas al norte del Arroyo de Cristal. Después de la realización de su entrevista y la impresión de esta historia el próximo día en el periódico “la Gaceta de Arizona”, ni una sola cosa más fue mencionada alguna vez públicamente sobre esto, hasta que el artículo original surgió una vez más hace tres años.

 por John Rhodes
traducido por Adela Kaufmann
(versión original)
del Sitio Web TheHollowEarthInsider-Newsletters

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GIGANTES EN LA ANTIGÜEDAD…..(1)

La figura del gigante se presenta en casi todas las culturas y sus leyendas. Las podemos encontrar en múltiples relatos mitológicos del viejo mundo: griegos, nórdicos, germánicos, hindúes, indoeuropeos, y también en el nuevo mundo como en las tradiciones de los mayas, de los aztecas y de los incas; así como en casi todos los libros sagrados de la antigüedad: el Lebhar Gabhale (libro de las invasiones) irlandés, el Ramayana hindú y hasta en la Biblia.La búsqueda de la verdad nos lleva hasta tiempos remotos, donde las antiguas leyendas tradicionales dibujaban estos seres divinos y heroicos como auténticos. Durante los años setenta aparecieron numerosas obras de investigación por los enigmas del pasado. Uno de aquellos trabajos se titulaba Los gigantes y su origen. El autor era el reputado escritor francés Louis Charpentier, quien citaba tradiciones, mitos y leyendas sobre los que sostenía la existencia de una raza de gigantes que pobló la Tierra en el pasado y cuyo legado quedó reflejado en megalitos y construcciones ciclópeas. Investigaciones efectuadas por genetistas han concluido que las sagas y narraciones tradicionales de muchos pueblos y culturas, en las que se citan la existencia de gigantes, poseían un trasfondo de realidad. Los escasos conocimientos científicos que poseían aquellas gentes no les permitían saber el porqué de dicha anormalidad; por ello estos seres pasaron al mundo de la mitología y al de la leyenda. Algunas hipótesis sugieren que estos seres llegaron del espacio exterior. Los sumerios escribieron su historia en tablillas o placas de arcilla que quedaron olvidadas en un museo de Berlín.Son escasas las personas que han logrado descifrar aquel lenguaje, pero parece ser que una de las que lo han conseguido es el conocido autor Zecharia Sitchin. En su trabajo The Cosmic Code dice textualmente lo siguiente: “Los textos y las imágenes que nos dejaron los sumerios hace unos 6.000 años muestran y hablan de un pueblo que vino del planeta que ellos llaman Nibiru, y muchas de las imágenes los presentan mucho más altos, como mínimo un tercio más que las personas normales. Eran gigantes”. Que en el planeta habitaron gigantes lo demuestra el hallazgo de restos humanos de extraordinarias dimensiones en la India, Tíbet, China, Sudamérica, África… algunos con una edad aproximada de 45.000 años. Y no solamente huesos, sino también espadas, hachas, lanzas y otros instrumentos como picos de tal envergadura que para poder usarlos habría que tener una estatura de, por lo menos, ¡tres metros! la Biblia informa que en la tierra los gigantes existieron. Cada vez más científicos corroboran que las cosas más descabelladas escritas en la Biblia son ciertas. Leyendo el Génesis (6,4) no hay duda, que antes del Diluvio hubo muchos gigantes y que éstos estuvieron conviviendo con los otros hombres del mundo. La Biblia los llama Nefilim, que significa gigantes en hebreo: allí hubo gigantes, varones muy nombrados, que desde los principios fueron fuertes y grandes guerreros. Theodoreto, contradiciendo a los que niegan no haber sido los gigantes mayores que los otros hombres del mundo, dice en una cuestión que hizo contra ellos: pero yo, cuando oigo la divina escritura, que dice: que Enach, gigante, nació de gigantes; y que el lecho y cama del rey Og, que era de hierro y de nueve codos en largo y de ancho cuatro; y cuando oigo a los exploradores de Jesu que cuentan que los hebreos que iban entrando a la tierra de promisión eran langostas, en comparación de los gigantes que moraban la tierra; y a Dios, que dice: entregué a Amorreo, cuya altura y grandeza era del tamaño de un cedro y sus fuerzas las de un roble, pienso haber algunos muy grandes hombres, dispensando en su naturaleza y grandeza, el sapientísimo Dios, para que los que le conocen omnipotente en la creación, echen también de ver cómo lo muestra en hacer unos hombres mayores que otros.Beroso Anniano, en el principio de su historia dice: que halló escrito que en aquellos primeros siglos del mundo, antes del general anegamiento de los hombres, había una ciudad junto al monte Líbano llamada Henos, que era de gigantes que se enseñoreaban de toda la tierra, desde oriente a poniente; y luego dice muchas cualidades de estas gentes muy proprias de gente poderosa, fuerte y atrevida; de manera que por lo dicho queda probado haberlos habido en el mundo, no en pequeño, sino en muy cuantioso número. Pues que los había habido después del Diluvio pruébase con que Og, rey, lo fue de Basan (como se lee en el Deuteronomio) y los hubo en Hebrón, ciudad de Judea y en Tani, ciudad de Egipto, como se refiere en el mismo lugar. En tiempo de Abraham hubo también gigantes, los cuales destruyó Amtaphel, corno parece luego en el capítulo catorce; aunque no fueron muchos después del Diluvio, como lo fueron antes como parece que en tiempo de Moisén, sólo Og resistía su entrada en la tierra prornetida; y en Hebrón fueron sólo tres de la casta de Enach. En Egipto, Tifón, hermano de Osiris, es recordado como un gigante…..
Sobre la mitología germana, no podemos dejar de mencionar, por ejemplo, los conocidos episodios ocurridos entre el gigante Thrym y el dios Thor, cuando el primero se apodera del martillo Mjolnir, o Mimir, el gigante consejero de la máxima divinidad Odín.En la bella epopeya sumeria de Gilgamesh, concretamente en la primera tabla, se nos presenta el héroe como un semidiós de cinco brazas de alto y nueve palmos de ancho, es decir, unos cinco metros y medio por dos metros.La leyenda de Melu en Oceanía o la de Litaclane entre las tribus de África sudoriental, u Ocun adorado en África central como introductor del hierro entre los hombres, no escapan a la regla general.También el incansable Herodoto nos habla de gigantes en sus “Historias” al mencionar el hallazgo, en Tegea, una antigua ciudad de la Arcadia, de un sarcófago de siete codos de longitud (aproximadamente 3,10 metros) cuyo interior contenía un cuerpo de idéntico tamaño.Purusa es el nombre del “gigante primario, el varón cósmico de cuyo sacrificio ritual surgió el mundo”, según lo describe un himno del Rig-Veda.P’an Ku es recordado en China no sólo como el “gran creador” sino también como un gigante. Asimismo en Japón, colosos como Soki o los guardianes de las puertas celestiales, conocidos como Nyo, han sido representados en numerosos templos.En Europa septentrional es conocida la leyenda del gigante Ogro y su poca agradable costumbre de alimentarse con carne humana.La historia de los pueblos americanos no es ajena a la cuestión y recoge datos de su existencia. Tal es el caso de los aztecas, quienes en el llamado “Segundo Periodo del Mundo” relatan:“En aquella época vivían gigantes. Los antiguos hablaban de su pasado…Tezcatlipoca se convirtió gracias a su divinidad en Sol, y todos los demás dioses crearon a los gigantes, que eran hombres de gran altura y fuerza, que podían arrancar a los árboles de cuajo”.A su vez, el Popol-Vuh, libro sagrado de los mayas-quichés, nos dice que en los tres periodos, entre los diluvios, hubo gigantes. Asimismo, en el “Manuscrito mexicano de Pedro de los Ríos” leemos:“Antes del diluvio, que se produjo 4.008 años después de la creación del mundo, la tierra de Anahuac estaba habitada por los tzocuillixecos, seres gigantescos, uno de los cuales tenía por nombre Xelua…”Por su parte, el cronista Bernal Díaz del Castillo, integrante de la nefasta incursión de Hernán Cortés, fue informado por los sabios indígenas que en otro tiempo habían existido hombres de elevada estatura y muy malvados, que fueron muertos en gran número. Como prueba, se dice, entregaron a Cortés un fémur que igualaba en altura a un hombre de talla normal, el cual el conquistador envió a su rey. Cabe destacar la opinión vertida por el Dr. L. Burkhalter cuando siendo delegado de la Sociedad Prehistórica Francesa, en un ensayo publicado en 1950 en la “Revue du Museè de Beyrouth” afirmó: “Queremos dejar bien claro que la existencia de razas humanas gigantescas en la época acheuliana (fase de la Edad de Piedra que ocupaba la mayor parte de la época glaciar) debe ser admitida como un hecho científicamente probado”.
Que en el planeta habitaron gigantes lo demuestra el hallazgo de restos humanos de extraordinarias dimensiones en la India, Tibet, China, Sudamérica, África … algunos con una edad aproximada de 45,000 años. Y no solamente huesos, sino también espadas, hachas, lanzas y otros instrumentos como picos de tal envergadura que para poder usarlos habría que tener una estatura de, por lo menos, tres metros. Pero veamos algunos ejemplos:En una gruta de Atyueca, cerca de Mangliss (antigua Unión Soviética), se encontraron esqueletos de hombres que medían entre 2.80 y 3 metros. Éstos presentaban seis dedos en sus extremidades. Otros hallazgos científicamente admitidos son el gigante de Java (sur de China) y el gigante de China meridional. El primero con una antigüedad de medio millón de años y el segundo también con seis dedos en sus extremidades.En Chenini (Túnez) se encontraron restos de tumbas de gigantes con esqueletos que medían más de tres metros. Transval (Sudáfrica) es otro ejemplo similar al anterior.Más recientemente, en Marruecos, se han hallado en una cueva de la región de Nador, en el norte del país, restos de tres esqueletos de niños pertenecientes a una raza desconocida de gigantes. Se trata de una zona próxima a las míticas columnas de Hércules, considerada patria del bíblico gigante Goliat. El gigante más grande hallado hasta el momento tenía un esqueleto de 5.18 metros de alto, y fue desenterrado en 1956 en Gargayan, Filipinas. Cada uno de sus dientes incisivos, tenía cinco centímetros de ancho por quince de largo. Se estima que en vida, este hombre pudo haber alcanzado los 5.40 metros.Aparte de leyendas (que por cierto abundan), herramientas y huesos de gigantes, hay otro factor que los partidarios de la teoría de las tres razas proponen como argumento válido de la existencia de gigantes; los monumentos megalíticos de tamaños descomunales que pueden encontrarse erigidos en casi todos los continentes de la Tierra. Si tomamos en cuenta que en la actualidad no existen medios para mover rocas de magnitudes como las que conforman las pirámides de Egipto, el Stonehenge o los moai de la isla de Pascua, en Chile, podemos empezar a caer en una escalofriante incertidumbre. Es verdad que algunas de estas enormes rocas podrían moverse mediante la maquinaria que hemos logrado desarrollar en estos tiempos, pero … ¿cómo lo lograron antiguos humanos? Tal vez en la existencia de esta raza de Goliat puede encontrarse la respuesta.Pero aceptar el hecho de que los humanos modernos hayan coexistido hasta hace muy poco tiempo con pares enanos y gigantes significaría derrumbar una cantidad de teorías arraigadas y comenzar de cero. De hecho, las pruebas existen, pero al parecer aún no hay un gran número de científicos dedicados a estudiarlas. La historia parece haber mostrado una y otra vez a mitos populares encerrar una gran realidad, pero la pseudociencia de la parcialidad aún persiste. En conclusión, las leyendas de gigantes que se narran en el folclore de prácticamente todas las etnias del mundo han trascendido a pruebas veraces de su existencia.
¿Cuántos mitos más existentes en la historia esperan para revelarse con pruebas concretas en este mundo humano? …..

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